En la apertura de las sesiones ordinarias, el Jefe de Estado advirtió que iniciará una «querella criminal» por el acuerdo con el FMI realizado en el gobierno anterior.
Alberto Fernández se encargó de dar inicio a las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación con un discurso muy significativo. El presidente se encargó de hablar sobre el primer año de gestión, la pandemia e hizo un fuerte análisis del acuerdo que se logra llegar con el Fondo Monetario Internacional.
En primera instancia, el presidente habló sobre lo sucedido en los últimos días y la posterior renuncia de Ginés en el Ministerio de Salud: «En este plan hay prioridades muy claras, las reglas se deben cumplir. Si se cometen errores, la voluntad de este presidente es reconocerlos y corregirlos. Cuando dijeron que esas reglas fueron transgredidas, aún cuando en lo personal me causaba mucho dolor, tomé las decisiones que correspondían«.
Y agregó: «No llegué a la presidencia para ser sordo a las críticas bien intencionadas como tampoco para dejarme aturdir por críticas maliciosas que responden a intereses incofensables de poderes económicos concentrados que en ocasiones buscan sembrar las fracturas, la polarización y la discordia entre el pueblo argentino profundizando las heridas que como sociedad cargamos».
Por otra parte, Fernández profundizó sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y cargó contra el gobierno de Mauricio Macri. «Endeudar al país de ese modo y que la toma de créditos haya sido resuelta con total irresponsabilidad y a espaldas del Congreso, no puede ser visto de otra manera que no sea como una administración fraudulenta y una malversación de caudales públicos como nunca antes habíamos registrado», sostuvo el mandatario ante la presencia de buena parte del Congreso, y otros funcionarios que lo siguieron vía Zoom.
«He instruido para que se inicie una querella criminal para determinar quiénes fueron los autores de la mayor administración fraudulenta y malversación de caudales públicos de la historia«, exclamó Alberto ante la atenta mirada de Cristina Kirchner, vicepresidenta, y Sergio Massa, Jefe de la Cámara de Diputados.